Recientemente, la emergencia sanitaria por COVID-19 puso en el ojo público la salud mental de las personas. El bienestar físico y emocional de los y las personas han sido golpeados debido a la incertidumbre que nos encontramos día a día, afectando a niños y adultos, hombres y mujeres; sin distinción alguna, lo que resulta relevante preguntar: ¿es realmente accesible para todos?

En el 2021 el INEGI realizó por primera vez la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE) dónde se captó que 19.3% de la población adulta tiene síntomas de ansiedad severa, mientras otro 31.3% revela síntomas de ansiedad mínima o en algún grado. En el caso de personas con síntomas de depresión asciende al 15.4% de la población adulta, pero entre las mujeres alcanza 19.5%, es decir, las mujeres son más propensas a mostrar síntomas de depresión.

En primer lugar es relevante mencionar que hasta el año 2021 el Estado Mexicano se preguntó ¿qué pasa con el bienestar de los y las mexicanas? Seguido de ello, es importante reflexionar que esto también es una situación de género y que las mujeres en mayor cantidad están admitiendo el desgaste en cuanto a salud mental que se encuentran viviendo. Así como, observar que los niveles de ansiedad en la población en general son altos.

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda (2020) hecho por el INEGI en México hay 20 838 108 personas con alguna limitación de cuáles, por lo menos el 1.3% tiene algún problema o condición mental. El bienestar mental impacta en el desarrollo y en el desempeño de las actividades diarias, lo que es importante considerar que, si aumentan aún más los síntomas por ansiedad y depresión pueda representar a la larga una limitación que impida desarrollarse y tener una vida plena.

En el caso de las Estadísticas a propósito del Día Mundial para la prevención del suicidio reportan que el grupo de población de 18 a 29 años presenta la tasa de suicidio más alta: 10.7 decesos por cada 100 000 personas; este a su vez, refleja el sector poblacional más grande de nuestro país según el último censo poblacional.

Por otro lado, se reporta que la idea suicida de el caso de las mujeres está mayoritariamente las mujeres de 50 a 59 años y sigue por las niñas y adolescentes de 10 a 19. Es importante considerar estos datos, ya que de acuerdo con el informe la edad de inicio de la mayoría de los trastornos psiquiátricos se encuentra en las primeras décadas de la vida y la mayoría de los pacientes que se atienden en cuanto a salud mental son adultos. Los programas de salud mental también deben de ser accesibles en las épocas más tempranas de la vida.

Dentro del informe hecho por la OMS en el 2011 se reportó que del presupuesto asignado a la salud, solamente el 2% es orientado a la salud mental; de este monto, se destina el 80% a la operación de los hospitales psiquiátricos; aunado a ello, estos servicios se ubican en las grandes metrópolis o cercanas a ellas. Lo que se convierte en una barrera geográfica.

Es decir, a pesar del poco o mucho dinero que se invierte en la salud de los y las mexicanas, sigue siendo muy escaso el presupuesto que se le asigna a la salud mental. Esto se ve reflejado en los escasos hospitales con poco personal como psiquiatras y psicólogos que puedan atender de manera pronta e integral a cualquier paciente que llegue a los servicios de salud que existen en el país.

Sumado a ello, los principales pacientes que se atienden son la población adulta, restándole importancia a las infancias de nuestro país. Son escasos los programas enfocados en la prevención de enfermedades y trastornos mentales, son aún más escasos los programas que se implementan en los y las infantes.

Hace falta hacer de la salud mental accesible para todos, disminuyendo las barreras geográficas y de edad. Implementando medidas de prevención para todos los sectores de la población, tomando en cuenta: edad, sexo y género, sus lenguas y lugar de origen. Asimismo, exigir al Estado que se aumente el presupuesto para la salud mental, considerar más psicoterapeutas y psiquiatras en mejores condiciones para laborar.

Finalmente, invitar al Estado a realizar más campañas de concientización dentro y fuera de los hospitales, en escuelas por ejemplo. Es igual de importante un psicólogo que un médico o un kit de primeros auxilios dentro de las escuelas.

Fuentes:

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) (2021) PRESENTA INEGI RESULTADOS DE LA PRIMERA ENCUESTA NACIONAL DE BIENESTAR AUTORREPORTADO (ENBIARE) 2021 [Comunicado de prensa] Recuperado de httpss://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/EstSociodemo/ENBIARE_2021.pdf

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) (2021)  ESTADÍSTICAS A PROPÓSITO DEL DÍA MUNDIAL PARA LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO (10 DE SEPTIEMBRE) [Comunicado de prensa] Recuperado de httpss://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2021/Suicidios2021_Nal.pdf

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) (2020) EN MÉXICO SOMOS 126 014 024 HABITANTES: CENSO DE POBLACIÓN Y VIVIENDA 2020 [Comunicado de prensa] Recuperado de  httpss://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/EstSociodemo/ResultCenso2020_Nal.pdf Secretaría de Salud de México, Organización Panamericana de la Salud, Organización Mundial de la Salud. IESM-OMS (2011) Informe Sobre el Sistema de Salud Mental en México. Ciudad de México. Recuperado de https://bp000695.ferozo.com/wp-content/uploads/2012/12/Informe-OMS-Salud-Mental-en-Mexico.pdf